L’ultima inchiesta sui paradisi fiscali, i Pandora Papers, pubblicata dal Consorzio Internazionale dei Giornalisti Investigativi (ICIJ) ha rivelato un intero sistema fiscale nascosto a beneficio di coloro che hanno più soldi e potere al mondo. Si tratta delle più grandi fughe di documenti privati da studi legali che gestiscono società offshore. Una società offshore viene aperta a nome di una parte interessata (sia essa un individuo o un’altra società) in una località dove il proprietario non opera o risiede, al fine di beneficiare della bassa tassazione del territorio.
Il mondo sta affrontando una crisi di disuguaglianza, con otto uomini che possiedono la stessa ricchezza delle 3,6 miliardi di persone più povere, secondo i dati pubblicati da Oxfam Intermón. Questo divario tra le persone più ricche e più povere del pianeta cresce ogni giorno. Anche dopo una crisi sanitaria e socioeconomica come quella causata dal COVID-19, le 20 maggiori fortune hanno concluso il 2020 con una ricchezza combinata di 1,77 trilioni di dollari (1,44 trilioni di euro), il 24% in più rispetto ad un anno fa, secondo l’indice Bloomberg.
I paradisi fiscali costano ai governi di tutto il mondo 427 miliardi di dollari ogni anno. Nelle parole di Susana Ruiz, esperta di politica fiscale di Oxfam Intermón, «in questi paradisi si trovano tutti i servizi pubblici che ci mancano, i nostri ospedali e centri sanitari così necessari durante la peggiore crisi sanitaria di Covid. È lì che si trovano gli stipendi degli insegnanti, dei pompieri e degli altri servizi pubblici che mancano ma sono così necessari».
Pertanto, l’evasione e l’elusione fiscale da parte degli individui più ricchi e delle grandi società danneggiano i Paesi e le persone più povere, in particolare le donne. In Spagna, le famiglie contribuiscono con l’84% di ciò che viene raccolto attraverso le tasse, e nemmeno tutte le famiglie pagano e beneficiano allo stesso modo, poiché tasse come l’IVA, l’imposta sul reddito delle persone fisiche, e l’imposta sulla proprietà colpiscono di più le donne, dato che sono quelle che fanno la maggior parte dei lavori domestici e di cura. Le tasse sono la principale fonte di entrate di un Paese, quindi, quando il gettito fiscale sui profitti delle imprese diminuisce, i Paesi hanno due opzioni: tagliare la spesa pubblica, che è essenziale per ridurre la disuguaglianza e la povertà, o recuperare il deficit tassando più pesantemente la gente comune.
Il dibattito sulla politica fiscale sta prendendo piede a livello globale, come un bisogno urgente da affrontare. Alcuni mesi fa, il presidente degli Stati Uniti Joe Biden ha sostenuto l’applicazione di una tassa globale sui ricchi del mondo, «è tempo che le grandi imprese e i ricchi paghino la loro giusta quota», ha detto in una delle sue apparizioni davanti al Congresso degli Stati Uniti.
Iniziativa per le Zone Libere da Paradisi Fiscali (IZLPF)
Per correggere questa situazione di disuguaglianza, si stanno attuando diverse misure, promosse da Oxfam Intermón in collaborazione con varie organizzazioni spagnole, come la Piattaforma per la Giustizia Fiscale (Plataforma Por la Justicia Fiscal) e la Piattaforma per una Fiscalità Giusta, Ambientale e Solidale (Plataforma per una Fiscalitat Justa, Ambiental i Solidaria). L’iniziativa Zone Libere da Paradisi Fiscali propone che le istituzioni pubbliche (consigli comunali, provinciali, ecc.) svolgano un ruolo attivo come attori economici chiave nell’economia spagnola.
Lo Stato contribuisce per il 25% del PIL attraverso i suoi appalti pubblici, quindi, ha la capacità di influenzare il comportamento delle imprese introducendo criteri di responsabilità fiscale negli acquisti e nei contratti che fa. L’obiettivo è quello di promuovere misure di assunzione comunale che incoraggino le imprese ad essere fiscalmente responsabili e scoraggino un comportamento fiscale irresponsabile.
Come spiega l’organizzazione, «alcune aziende dirottano i fondi nei paradisi fiscali per evitare di pagare le tasse che, tra l’altro, servono a finanziare i consigli comunali. Per questo motivo, sembra ragionevole che, nell’accedere a qualsiasi tipo di contratto con enti pubblici, le autorità pubbliche incoraggino e premino le imprese che non realizzano queste pratiche. Non è tollerabile che un’azienda che elude le tasse attraverso i paradisi fiscali possa beneficiare di contratti pubblici».
Più di 70 comuni come Barcellona, Siviglia, Saragozza, Valencia e Malaga hanno aderito all’iniziativa #LibresdeParaísosFiscales e hanno già approvato mozioni per diventare territori che promuovono appalti pubblici più equi.
Sin Justicia fiscal no hay justicia social
Los paraísos fiscales cuestan a los Gobiernos de todo el mundo 427.000 millones de dólares cada año
La última filtración sobre paraísos fiscales, los Papeles Pandora, publicada por el ICIJ (Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación) destapó todo un sistema fiscal oculto en beneficio de quienes más dinero y poder tienen en todo el mundo. Se trata de la mayor filtración de documentos privados de despachos de abogacía que gestionan sociedades offshore hasta el momento. Una empresa offshore se abre a nombre de un interesado (sea una persona u otra sociedad) en una ubicación en la que el titular no opera ni reside, con el fin de verse favorecido por la baja fiscalidad del territorio.
El mundo se enfrenta a una crisis de desigualdad, donde ocho hombres poseen la misma riqueza que 3.600 millones de personas más pobres, según datos publicados por Oxfam Intermón. Esta brecha entre las personas más enriquecidas y las más empobrecidas del planeta crece cada día. Incluso después de una crisis sanitaria y socioeconómica como la provocada por el COVID-19, las 20 mayores fortunas terminaron 2020 con un patrimonio conjunto que suma los 1,77 billones de dólares (1,44 billones de euros), lo que representa un 24% más que hace un año, según el índice Bloomberg.
Los paraísos fiscales cuestan a los Gobiernos de todo el mundo 427.000 millones de dólares cada año. En palabras de Susana Ruiz, experta en política fiscal de Oxfam Intermón, «en estas guaridas es donde están todos los servicios públicos que nos faltan, nuestros hospitales y centros de salud que tanto hicieron falta durante los momentos más duros de la crisis sanitaria provocada por el Covid. Ahí es donde se encuentran los sueldos del personal docente, de los bomberos y otros servicios públicos que faltan pero que tan necesarios son».
Por tanto, la evasión y la elusión fiscal por parte de las personas más ricas y de las grandes empresas perjudica a los países y las personas más pobres, en particular a las mujeres. En España, las familias aportan el 84% de lo que se recauda a través de impuestos, y ni si quiera todas pagan y se benefician por igual, ya que impuestos como el IVA, el IRPF o el IBI afectan más a las mujeres, dado que son ellas quienes asumen en mayor medida el trabajo de hogar y cuidados. Los impuestos son la principal fuente de ingresos de un país, por lo que a medida que disminuye la recaudación fiscal sobre los beneficios empresariales, los países tienen dos opciones: recortar el gasto público, que es esencial para reducir la desigualdad y la pobreza, o compensar el déficit gravando con impuestos más elevados a la gente común.
El debate sobre política fiscal se está imponiendo a nivel global, como una necesidad urgente que abordar. Hace unos meses el presidente de Estados Unidos, Joe Biden defendía aplicar un impuesto global a las grandes fortunas que circulan por el mundo, «es hora de que las grandes empresas y los ricos paguen la parte justa», aseguraba en una de sus comparecencias ante el Congreso de los Estados Unidos.
Iniciativa Zona Libre de Paraísos Fiscales (IZLPF)
Para corregir esta situación de desigualdad se están implantando algunas medidas impulsadas desde Oxfam Intermón en conjunto con diversas organizaciones españolas, como la Plataforma Por la Justicia Fiscal y la Plataforma per una Fiscalitat Justa, Ambiental i Solidaria. La Iniciativa Zonas Libres de Paraísos Fiscales propone que las instituciones públicas (ayuntamientos, diputaciones, etc.) jueguen un rol activo como actores económicos determinantes en la economía española.
El Estado contribuye en un 25% al PIB a través de sus contrataciones públicas, por lo que tiene la capacidad de incidir en el comportamiento de las empresas, introduciendo criterios de responsabilidad fiscal en las compras y contrataciones que realiza. Se trata de impulsar medidas de contratación municipal que incentiven la responsabilidad fiscal de las empresas y desincentiven los comportamientos fiscales irresponsables.
Tal y como explican desde la organización, «algunas empresas desvían fondos hacia paraísos fiscales para no pagar impuestos que, entre otras cosas, sirven para financiar a los ayuntamientos. Por este motivo, parece razonable que, en el acceso a cualquier tipo de contratación con los organismos públicos, los poderes públicos incentiven y premien a las empresas que no llevan a cabo estas prácticas. No es tolerable que una empresa que elude impuestos a través de paraísos fiscales pueda beneficiarse de contratos públicos».
Más de 70 municipios como Barcelona, Sevilla, Zaragoza, València y Málaga se han sumado a la iniciativa Zonas #LibresdeParaísosFiscales y han aprobado ya mociones para ser territorios que promueven una contratación pública más justa.