Nella Dichiarazione del Millennio, le Nazioni Unite hanno dichiarato che la solidarietà è uno dei valori fondamentali e universali del XXI secolo. In effetti, le reti familiari e la solidarietà collettiva sono state fondamentali per attutire le situazioni di povertà ed esclusione aggravate dalla pandemia di COVID-19, come sottolinea la ricerca FOESSA 2022 di Caritas Spagna.
Questo quadro non è cambiato in modo significativo nel corso del 2022: nonostante il miglioramento della situazione sanitaria, la solidarietà ha continuato a rimanere a livelli simili a quelli degli anni precedenti. Anzi, è aumentata del 3% rispetto al 2018, passando dal 36% del 2018 al 39% del 2022. Queste cifre implicano che, nel 2022, quasi 4 spagnoli su 10 hanno donato a una Npo, uomini e donne nella stessa percentuale (50%).
In Spagna l’empatia (38%) è stata la motivazione principale che ha spinto le persone a donare, seguita dal senso di etica e giustizia (22%) e dalla vicinanza (16%). Mentre la percentuale di contributi regolari è scesa al 22% dal 24% dell’ultimo studio (2020), i contributi una tantum sono aumentati del 5%, passando dal 13% al 17%. Questa crescita è dovuta, in parte, alla risposta della società alle crisi specifiche che si sono verificate nel corso dell’anno. Infatti, 3 persone su 4 di quelle che hanno donato lo scorso anno lo hanno fatto a causa della guerra in Ucraina (33%), dell’eruzione del vulcano a Palma (30%) e della situazione causata dal COVID-19 (29%).
I gruppi che hanno sensibilizzato maggiormente la popolazione spagnola sono stati i bambini (53%), gli anziani (49%) e i malati (45%), come è avvenuto nelle precedenti edizioni dello studio AEFr (2020). I disabili sono il quarto gruppo, con il 41%, seguiti dalle persone prive di risorse (37%) e dalle vittime di disastri naturali (37%), dalle donne (36%) e dall’ambiente (35%).
Nel contesto della globalizzazione e della crescente disuguaglianza a livello mondiale, l’ONU sottolinea quanto sia indispensabile rafforzare questo valore: «Coloro che soffrono, o coloro che godono di meno benefici, meritano l’aiuto di coloro che stanno meglio»; pertanto, «i costi e gli oneri devono essere condivisi secondo i principi di equità e giustizia sociale».
2022: un año marcado por la solidaridad
El 2023 comienza tras el fin de un año en el que la solidaridad volvió a tener un papel fundamental a nivel mundial a la hora de hacer frente a distintas crisis. Prueba de ello es que, movidos por empatía o por ética, casi 4 de cada 10 personas en España colaboraron con entidades sin ánimo de lucro (ENL) en el transcurso del año, según el informe Perfil del Donante 2022, realizado por la Asociación Española de Fundraising (AEFr), en colaboración con Kantar.
En Declaración del Milenio, la Organización de las Naciones Unidas declaró la solidaridad como uno de los valores fundamentales y universales para el siglo XXI. De hecho, las redes familiares y la solidaridad colectiva fueron claves para amortiguar las situaciones de pobreza y exclusión agravadas por la pandemia de la COVID-19, como señala la investigación FOESSA 2022 de Cáritas España.
Este panorama no varió notablemente a lo largo de 2022: a pesar de la mejora de la situación sanitaria, la solidaridad continuó manteniéndose en niveles similares respecto a años anteriores. Es más, aumentó en un 3% respecto a 2018, subiendo de un 36% en dicho año, a un 39% en el 2022. Estas cifras implican que, en 2022, casi 4 de cada 10 personas españolas donaban a alguna ENL, hombres y mujeres en el mismo porcentaje (50%).
En España, lo que movió a las personas a donar fue, principalmente, la empatía (38%), seguida en un 22% por un sentido de ética y justicia, y, en tercer lugar, la cercanía (16%). Aunque el porcentaje de contribuciones de forma periódica disminuyó, pasando a un 22% respecto al 24% del último estudio (2020), las puntuales aumentaron en un 5%, pasando de un 13% a un 17%. Este crecimiento se debió, en parte, a la respuesta de la sociedad a crisis concretas que se dieron a lo largo del año. De hecho, 3 de cada 4 personas que donaron el pasado año lo hicieron con motivo de la problemática de la guerra de Ucrania (33%), la erupción del volcán de Palma (30%) y la situación producida por la COVID-19 (29%).
Los colectivos que más preocuparon a la población española fueron, principalmente, la infancia (53%), las personas mayores (49%) y los enfermos (45%), al igual que sucedía en ediciones anteriores del estudio de AEFr (2020). La discapacidad fue el cuarto grupo, con un 41%, y, tras esta, de forma similar las personas sin recursos (37%), y las víctimas de catástrofes naturales (37%), seguidas por las mujeres (36%) y el medio ambiente (35%).
Ante el contexto de globalización y creciente desigualdad a nivel mundial, la ONU remarca cuán indispensable resulta el fortalecimiento de este valor: «Los que sufren, o los que menos se benefician, merecen la ayuda de los más favorecidos»; por ello, «costos y cargas deben ser repartidos según los principios de equidad y justicia social».
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